El 10 de abril de 1976 fue la primera vez que
Federico Blandón, siervo de YAVÉ y esclavo de la Santísima Virgen, fue visitado
por nuestra Señora María Santificadora en esta tierra privilegiada de Guarne,
en la región de Antioquia, Colombia.
En su primera visita la Santísima Virgen
anunció la misión que traía por mandato
de su Señor: Había venido a buscar la santificación de muchos. Durante las siguientes seis apariciones - en
el mismo año de 1976 -, le encargó que hiciera público su nombre, construyera
una capilla y formara grupos de oración en los que se alabara al Señor y se
anunciara que prepararan los caminos para la venida de su Hijo, porque el Reino
de Dios está cerca. Y así lo hizo su
vidente, fortalecido y asistido por el Espíritu Santo.
Prometió, asimismo, que derramaría abundantes
gracias y bendiciones a todos aquellos que creyeran en Ella, recitaran el Santo
Rosario, y las siete Avemarías cada día.
Dijo que sería la mediadora delante del Padre y no permitiría que, a la
hora de la muerte, satanás se acercara al
lecho de aquellos que pusieran su confianza en el auxilio de la
Santificadora. La Santísima Virgen profetizó en aquel año de 1976 lo que, en
efecto, después ocurrió: «Vendrán épocas de hambre y miseria, y el firmamento
se cambiará en un rojo encendido, y las cosechas sufrirán pestes. Surgirán enfermedades terribles que la
ciencia no podrá detener; habrá desolación y pánico en todo ser creado y hasta
los bosques temblarán y no será muy tarde, porque esto es apenas el principio,
ya que las aguas se están mermando».
En 1985, nueve años después de su primera
aparición, nuestra Señora entregó su octavo mensaje para hacerse público. Dijo,
entre otras palabras: «Pues bien: Que miren desde el primer mensaje y se darán
cuenta desde cuándo viene en desgracia vuestra tierra colombiana. También se darán cuenta que todos los
mensajes se han ido cumpliendo, por la gracia de la Trinidad Eterna».
Pidió muchos rosarios a su nueva advocación
por la santificación de los pecadores. Y requirió a los encargados de pastorear
el rebaño del Padre Eterno: «Si no
consagran a Colombia al Corazón Inmaculado, como Santificadora, a mis
pobres hijos les vendrán más desgracias, más miseria y angustia». Aclaró que no era castigo de Dios sino
perjuicio del mismo hombre por alejarse del Padre Eterno, YAVÉ.
En su
última visita, el 7 de junio de 1997, la Santísima Virgen dijo a su pueblo - a
través de su vidente -, que cumpliría todas las promesas hechas desde 1976.