Mensaje y aparición del 7 de junio de 1997


Transcripción del Mensaje:

Ferderico (F): No importa que el cielo esté así oscuro, la presencia de Ella está aquí.  Madre: ¡Cuánto hacía Santificadora!.  Pidan, pídanle a Ella.  Siéntense.  Ahí está.  Madre,  después de esperarte tantos años Santificadora, has vuelto a mí.  He cumplido todo lo que me has dicho, pero me faltan fuerzas para seguir viviendo.  Ahora, ¿Qué vienes a pedirme, Santificadora?.

Madre: Mira a tus hijos y cumple tu promesa, la promesa que me hiciste hace 20 años en este mismo mes.  Santificadora, siembra en cada uno de ellos todo lo que ellos necesitan. Santificadora, entonces déjame pedirte un favor para que este testimonio de tu aparición sea vivido a través de los tiempos: Déjame repetir lo que tú dices para que se cumpla el mensaje y todo el mundo lo escuche.

María Santificadora (M.S): Hijo: ¿Qué has hecho?.  La misión que Yo te dí, la has cumplido. Pero Yo quiero saber  de ti.

F: ¿Qué quieres de mí, Santificadora?. Tú  me dijiste hace 20 años que fuera a buscar un sacerdote para que me enseñara a conocer a Cristo, y este es el momento que no lo he hallado. Mi Cristo son las Santas Escrituras, las cuales me han hecho y han hecho todo lo que tu escogiste: Un pueblo piadoso a YAVÉ, mi Padre Celestial.

M.S: ¿Cómo te han tratado?.

F: Madre mía, he sufrido toda clase de persecuciones y de chismes, me han involucrado en cuantas cosas quiere la humanidad colocarme encima.   Dime Madre: ¿Qué he de hacer entonces?. Yo no me doblegaré porque tú me lo dijiste: Que me guiaba la fuerza del Espíritu Santo, y que recibía los consejos tuyos en todo momento. Eso he recibido de ti.

M.S: Hijo mío, no le temas a los hombres, pues ellos siempre hacen las cosas que ellos quieren.  Son soberbios y llenos de envidia, pero créele a tu obispo y sigue todos los caminos que Yo te he enseñado. 

No volveré a este lugar donde me aparecí tantas veces  porque eso se lo han llevado todo los vendedores, y se han posesionado del Lugar Santo donde Yo tantas veces hablé contigo y con mis hijos hace 21 años. De ahora en adelante dile a mis hijos que aquí estoy en medio de todos los peregrinos,  y allí me apareceré siempre,  y verás mi rostro, y verás a mi Hijo pequeño.  Allí repartiré bendiciones a todos, y les concederé todo lo que fue de mi promesa.

F: Santificadora: ¿Qué tienen que hacer ellos para salvarse?.

M.S: Hijo mío, aquí he cubierto todo. El Cielo lo he traído para este lugar. No se ven sino tinieblas como las tinieblas que se ven en los ojos de los hombres y en sus corazones.  Ya no temen a YAVÉ. El mundo se ha vuelto fratricida y se matan mis hijos unos con otros.  Decidle a cada uno de éstos que están aquí en este lugar de mi Santuario que teman a YAVÉ, pero con amor, y que teman al pecado.  Que es el amor de Dios en el cual Él se satisface para todos  los que se arrepienten.

F: ¿Qué más tengo qué hacer?.

MS: Hijo mío, por todo este mundo están diciendo que éste es el último año en que será el fin del mundo  - el fin de los tiempos - , que Dios lo ha escrito en el Reino de los Cielos. 

Pero habla y diles que todo es mentira y engaño de los materialistas y de los que no creen en el Espíritu Santo y en la Santísima Trinidad. 

Diles que escuchen la orden que Yo os doy:  El día 7 de junio lo consagrarán a YAVÉ mí Padre, el que Yo te dije  que te  enseñaría, y que enseñaras a todos mis hijos. Y el día 7 de julio harán lo mismo: Santificarán ese día y entregarán todas las cosas a Dios, todas sus pertenencias las entregarán para que Dios siga administrando las posesiones que Dios les ha dado. El 7 de diciembre también adorarás al Dios Padre Todopoderoso y ese día haré Gloria en el Nombre de mí Padre, pues todo lo he hecho en Nombre de Dios, nunca lo he hecho en nombre de la Esclava del Señor. 

Yo soy la paciente de Dios y Dios  me ha dado atribuciones para hacer cosas como las que Él  hace,   pues desde un principio Dios me dio  - como en el tiempo de Israel -  y vine a este mundo para llevar en mi vientre el Santo de Israel.  Le he dado a Dios y Él me ha dado gracias y poder.  Yo no ando nunca sola ni Él tampoco anda nunca solo. Siempre estamos los dos juntos. 

Así que en este día no se asusten que se ponga a oscuras.  En este día está el Cristo, mi Amado, y el Señor - mi Padre Celestial - en medio del Espíritu Santo dando bendiciones  a estos peregrinos, hijos que yo les he señalado por los labios tuyos. Que has entregado el Evangelio diferente a todos los demás  y has dado a conocer a mi Padre YAVÉ,  lo has pintado con tu mente y con tu sabiduría como realmente debiera de ser  en este mundo.  Pero bien sabes que el Espíritu es Espíritu, y ése está junto de ustedes.  Ahora quiero que cada uno de mis hijos los peregrinos,  le pidan todo lo que necesitan porque hoy se empezará el día de la consagración de YAVÉ, en esta fecha memorable. Les pido hijos amados que amen a  mi Creador. Pedidle y Pedidme.

F: Ella dice que pidan.  Pedidle siervos de Dios, dice la Virgen María.

M.S: Diles que cada uno de ellos son mis siervos, que cada uno de ellos hoy íntimamente son más hijos y Yo más Madre: Les daré todo lo que ellos  necesitan.

F: Madre, qué linda y resplandeciente has venido en este día para cumplir el relato del tercer mensaje de hace 20 años, donde tú decías que los hombres siembran y siembran, pero no conocen la semilla que  sembraron.   Y  hoy  vienes  a sembrar tú, Madre, como has sembrado todos estos 20 años tus hijos llenos de piedad y de amor.

¡Llénense de las gracias!. Madre bendita, Reina del Cielo y de la tierra. !Levantad las manos los que estáis arriba,  y  los que estáis arriba miren hacia abajo porque Ella está aquí en el centro, miren hacia acá. Bienaventurada eres Santificadora y bendita eres entre todas las mujeres. Bienaventurada Madre.  Bienaventurados sean todos estos hijos tuyos. Llénalos de amor. No me dejaste hacer nada porque todo lo querías para ti y así era que tú querías.

Dice la Santificadora del Cielo que no tengan temor ni sean cobardes, que se levante la persona que yo diga y con un trapito o algo en la mano se haga ver. ¡Hoy se cumple uno de los evangelios!. Hay una señora que tiene hemorragia.  Levante la mano que la va a sanar el Señor y la Virgen, rápido. ¿Entendieron?: Una señora que tiene hemorragia y de antemano el Señor la va a sanar, hágase ver, agite  un trapito.  Véanla, allí está,  gracias a Dios,  qué  alegría. !Que novelería!. ¿Y todos van a dejar de ver a la Virgen por ver una hemorroisa?. ¡Ese es el cambio que hace el mundo!.

Madre: Ya tú ves que es un pueblo difícil, bien difícil es la fe.  Todas las apariencias  humanas se cobijan, pero las apariciones de tu Espíritu parece que no existieran.  Ahora te pido Madre que me des un poco de descanso, has acabado con mis fuerzas.  Santificadora, abre un poco para que venga más luz hacia ellos y ahora vuelve Santificadora, te posas encima de los arboles como las golondrinas.  Madre bendita, eres Inmaculada y siempre bella.  ¿Cómo he de seguirte llamando ahora después de 20 años de transición por este mundo, Santificadora?

M.S: Hijo mío, me llamarás siempre la Madre Santificadora de los hombres, pues El Santificado estuvo en Mí.  Por ello, fui la Santificadora.  No hay ninguna duda de que si el Santo de los Santos habitó en mí, Yo sea el Tabernáculo Santo donde el Santo de los Santos vino al mundo. Llámame así. Después de la Inmaculada, seré para siempre la Santificadora de todos mis hijos.

F: Ella, escuchen hermanos, oremos, miren hacia arriba (Dios te salve..) Escuchadla.

M.S: Diles a todos estos hijos que hoy los llenaré de bendiciones y de gracias, que los que están enfermos y han creído en la aparición de la Sierva del Altísimo, se sanarán.  Que todos aquellos que temen al Padre Eterno, se salvarán.  Que el día de su muerte, vendré Yo y los llevaré en mis brazos y entregárselos he a mi Amado el Cristo Jesús, y tú fortalecido quedarás más todavía.  La envidia del hombre ha carcomido sus entrañas.  Pero a ti te daré más fortaleza y más poder, pues así Moisés anduvo 20 años en el desierto cuando ya había cumplido la promesa de sacar a Israel de la esclavitud, así también hoy tocaré tu mano, tu hombro y tu boca, tocaré tu corazón y te daré fortaleza para soportar todo lo que hablen y digan de ti, y las envidias no llegarán a ti.  Porque jamás te derrumbarán con nada. A mis hijas y a estos mis hijos que están en este lugar,  benditos sean y reciban mis bendiciones.  Pero aquellos que han hecho negocio de mi Santuario no recibirán nada ni tendrán cuentas conmigo.

F: Madre, y a tus hijas las Esclavas de María. Ya me diste a mí todo lo que tú has querido, y ellas necesitan tu fortaleza y tu gracia y tus bendiciones.  Se han hecho esclavas  tuyas y se han encerrado en cuatro paredes en el convento, y han entregado todo lo que tenían y se han abandonado a sí mismas para entregarse a ti y a tu Hijo.

M.S: Hijo, dile a mis amadas hijas que esclavas serán en este mundo, perseguidas serán también como tú, pero allá en el Cielo serán las libres santas de las santas.  Y a tu Madre, a ésta tu Madre que te  habla, conságrate todos los días más a Ella, así te hablen que tienes que entregarte primero a mi Hijo.  Están muy engañados, pues siempre el que viene a mí, yo lo llevaré a mi Hijo, y el que viene a mi Hijo, yo lo atraeré a mí.  Y así como me he reunido en estas sombras,  también llego a ellos para tocarlos con mi manto de velo, y la nube de Dios ha bajado de las alturas del Cielo.

F: Arrodíllense. ¿No temen a Dios?. Sólo quiere probarlos. Tócalos Madre y úngelos para que crean más en ti.

M.S: Hijo mío, dile a la que llaman madre de las Esclavas de María Santificadora, que es mi Nombre, que la consagraré todos los días más a YAVÉ, le daré más gracias en el amor de Cristo y del Espíritu Santo. Llegaré a ella con todos los santos en mi compañía, le daré el don  de la fortaleza, entendimiento y la sabiduría para conducir con rienda  firme, alegre y llena de amor a cada una de mis hijas, las religiosas. 

Y a estas hijas mías, las que he llamado para mi servicio, las promesas que tú les hiciste hace poco que un día vendría a cada una de ellas, yo las cumpliré.  Así como se esconde el sol en el mundo ante este pequeño pedazo de tierra que está en las manos de mi Padre, así cumpliré todas mis promesas que he hecho desde el año 1976.

F: Baja más Madre, llega a ellos para que ese Niño Amado nos bendiga con su sonrisa y su ternura.  ¡Cielos: Reciban la bendición del Niño, bendigan al  Niño bendito de Dios!.  Padre hecho Niño, gracias por tus bendiciones. Sonríete ante estos hijos pecadores y bórrales el pecado, pues me has colocado como intercesor de ellos y me llaman loco, Santificadora, como llamaron a los apóstoles  y como te llamaron a ti Niño Jesús: «El loco de los tiempos de Israel».

Ahora deja que esta locura tonta de los santos llegue a ellos y los cubra más con tu santo velo, toca a los sordos, toca a los ciegos, toca a todos los enfermos.

Pídanle, hablen.  Mira que la naturaleza se ha cambiado en este día toda.  ¿No tienen con eso, qué más quieren ver?.  Ahora no más. Ya los curaste Madre, ¡qué linda eres!.  Mira a tus hijos: Están viendo la gracia tuya, los cobijas por todos los lugares, qué linda eres Santificadora, no te vayas todavía. Dios te salve María, llena eres de gracia...

¡Gloria a ti Padre, Gloria a YAVÉ, gracias a ti Dios de los Cielos.  Gloria a ti el Santo de Israel.  Gloria a ti Señor Jesucristo, hecho Dios en los profetas.  Gloria a ti Padre en la transfiguración de tu Hijo.  Gloria a ti Padre por aquella visita que le hiciste a Moisés y a Elías.  Gracias a ti bienaventurada Virgen María por las apariciones que les has hecho a los pobres y humildes!.  Gracias a ti Padre Santo por los que no creen en ti ni guardan tus mandamientos, perdónales Padre Santo.

Y tú, Madre bendita, a todos aquellos que dicen que tú para qué te apareces a este mundo, y que es mentira, perdónales y aparécete a ellos en el Reino de los Cielos.  Pero te pido Madre, repréndelos,  por incrédulos, así como reprendió el Hijo tuyo a Tomás.  Así reprende a aquellos incrédulos hijos tuyos que desvirtúan la Gloria de Dios y de María, las alabanzas del Padre en los hijos de estos peregrinos que están viendo hoy con presencia espiritual a esta Madre bendita. 

Todo es calma, todo es silencio, todo calla,  todo  en  este  mundo  para  ti Madre bendita.  Ahí te entrego a todos estos hijos en este evangelio que tú has proclamado en este día de hoy de acuerdo con tus mandatos y con tu voluntad. 

M.S: Hijos, levanten las manos porque soy Yo, María la Santificadora.  Yo os bendigo. Levanten las manos y levanten el alma y vuestro espíritu para que este día los cobije más y más con mis bienaventuranzas.

F: La nube del cielo se ha levantado, pero ha dejado caer la neblina.  Has dejado caer la Bienaventuranza tuya y el Cielo de Dios se revive por tu amor y por tu gracia.  Gracias a ti Bienaventurada Virgen Santísima por todas estas  manitos que vas  tocando tú a cada rato. Tócales sus dedos, sánalos y purifícalos en su alma, y que este día quede escrito en la historia.   Madre: ¿Qué quieres que haga yo por ti?.

M.S: Decidle a mis hijos que levanten más las manos, que dejen esa pereza y no las dejen caer.  Así como Moisés estuvo mucho tiempo con las manos levantadas   para   poder   ganar las batallas que Dios le había prometido, así que todos estos mis hijos levanten las manos para Yo tocarlas, lleven paz y felicidad a sus hogares para que esta visita sea reemplazada más que miles de oraciones. 

Porque mi presencia y mi manto llegará a ellos y quedará en su recuerdo para siempre, y sus almas serán santas.  Yo las atenderé en el último día así como lo había prometido desde un principio cuando Yo aparecí.  Y hoy 7 de junio dirás que transcriban todo lo que Yo he dicho y que lo repartan voluntariamente a cada uno de estos que se han congregado en el día de hoy, para que lo guarden como una oración santa y repitan  la oración que voy a elevar a Dios mi Padre y al Señor en Cristo:

- Bienaventurados sean todos vosotros los que han creído que la Madre de Dios es con vosotros. Bienaventurados vosotros los hijos de los pobres porque creen en la humildad de la Esclava, de la Virgen. Bienaventurados todos vosotros que creen que le he dado a mi Madre todas las bienaventuranzas del Cielo y de la tierra. Bienaventurados todos vosotros que creen y guardan justicia y no se dejan intimidar por  aquellos incrédulos y falsos profetas. Bienaventurados  todos vosotros porque de ustedes es  el Reino de los Cielos y buscan el amor  que Yo os otorgo todos los días. Bienaventurados sean todos vosotros  porque reciben la bendición de mi Padre en sus espíritus y sus almas serán santas. 

Bienaventurados  los prodigios que hace mi Padre en el Nombre de su Hijo el Cristo. Bienaventurados los que creen que por mi sangre serán salvados. Bienaventurados todos los que creen que porque fuí elevado a las alturas de una Cruz ha sido para recibirlos a todos y darles la libertad, encadenar al demonio y abrirles las puertas del Cielo.  Bienaventurados todos los que oran por mi santo hombro porque fue el que más me martirizó cuando fuí hacia el calvario a entregar mi vida por todos mis hijos.  Bienaventurados sean todos vosotros hijos de mi Amado Padre.

Yo el Ángel de Dios os digo: El Cristo Amado que nunca deja a su Madre está aquí,  créanlo quien lo  crea.  El que lo desvirtúe tendrá puertas muy ajustadas, difíciles para entrar.  Pero el que le haga entrega amorosa a Dios, las puertas del Cielo se abrirán más grandes que estadios y praderas para que todos entren y sean glorificados en el Nombre de mi. Yo os bendigo en el Nombre del Padre, en el Nombre mío, en el Nombre del Espíritu Santo y  en el Nombre de mi Madre.            

En el Nombre de mi Dios YAVÉ os bendigo para siempre, en Nombre de este Hijo de Dios que obró en la sinagoga  portentos, en el Nombre del Espíritu Santo que los fortalece y los llena de gozo y siempre con ustedes, en el Nombre de mi Madre.

F: Ahora Madre, bendice tú a tus hijos, tócalos  Madre, tócalos Madre, tócalos.

M.S: En el Nombre de mi Padre, en el Nombre de mi Hijo y en el Nombre del Espíritu, descienda sobre vosotros y reciban todo lo que Yo os he dado. Gloria ángeles y santos, tronos del Cielo, santuarios celestiales, ejércitos míos, vengan y bendigan, y os liberen de las cadenas del demonio, les dé la consagración y les dé la luz perpetua para que cada uno de ustedes vean la luz del Espíritu de mi Padre y el rostro de Dios sea con todos ustedes.

F: ¿Donde estás? No te vayas Madre.  Mira que no tengo alientos, mis fuerzas se consumen y mis huesos se dilatan y mi corazón golpea fuerte, y sabes que estoy enfermo de él.

M.S: Hijo mío:  No morirás  de  tu corazón. Tu corazón  será el que lleva aquí   tantas almas  al Reino de los Cielos. Morirás de amor:  Ese es tu fin.

F: Madre Bendita: Bendíceme Santificadora.  En tus manos encomiendo mi espíritu y a ti me entrego  con todo lo que soy.  Bendita seas, déjame y préstame esta mano Madre para yo compartir la bendición tuya para tus hijos. Que yo la dirija, ya que ellos no vieron tu mano ni la mano de mi Padre ni del Cristo.  Que ellos vean la tuya en la mía.

M.S: En el Nombre del Padre, en el Nombre de mi Hijo, en el Nombre del Espíritu Santo, en el  Nombre  de  la Virgen María.  

F: Gracias Madre. ¿Dónde estás?. Se ha ido. Estoy rendido. Yo me voy, pero aquí queda María. La Santísima Trinidad está con ustedes. Quédense aquí como Ella lo ha dicho: Hoy 7 de junio, julio 7 y diciembre 7 entréguense a Ella y a Él.  No se vayan. No la dejen sola, yo me voy porque no tengo fuerzas:  Ella me las ha quitado.

2 comentarios:

  1. Gracias madre santificadora, madre santa que intercedes por todos pobres pecadores, !!!te amo!! te amo tanto !! que mi corazón se llena de gozo al saberte tan cerca de todos pobres pecadores, miranos con compasión y no nos dejes madre santa.

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  2. Mamita María Santísima, saname de estas enfermedades, ayúdame con la recuperación de la cirugía,con el trabajo en mi familia, para que no falte el sustento, pagar las deudas y mi familia se hacerque más a ti y a la santísima Trinidad, cubrenos con una gotita de la sangre de Cristo ,acrecenta, nta fe,amén

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